Mi querida Leila
Hoy celebro contigo 42 meses de amor, de compañía y de sueños compartidos. No son solo números, son huellas de cada día que Dios nos ha permitido caminar juntos. Cada instante contigo es un regalo divino, una respuesta a mis oraciones, porque sé que fue Él quien cruzó nuestros caminos y nos enseñó a reconocernos en la mirada del otro.
Leila, contigo aprendí que el amor verdadero no se mide en gestos grandiosos, sino en la constancia de los pequeños detalles: en tu sonrisa que ilumina mis días, en tu paciencia que me sostiene, en tu abrazo que me recuerda que no estoy solo. Y detrás de todo eso, siento la mano de Dios, guiándonos, protegiéndonos y enseñándonos que el amor es la mayor bendición que podemos recibir.
Hoy quiero agradecerte por ser mi compañera, por caminar conmigo en las alegrías y en las pruebas, y quiero agradecer a Dios por habernos unido, por darnos la fuerza de seguir creciendo juntos y por mostrarnos que nuestro amor puede ser un reflejo de Su bondad.
Que estos 42 meses sean apenas el inicio de una historia que seguirá escribiéndose con fe, esperanza y amor. Que cada día que venga sea una oportunidad para agradecer a Dios por ti, por nosotros, y por este camino que seguimos recorriendo de Su mano.
Con todo mi amor Andrés Dario Giraldo Rayme
Nuestro Primer Día
Recuerdo ese primer instante como si el cielo hubiera susurrado que tú eras mi destino. Desde entonces, cada día contigo ha sido una bendición que agradezco a Dios.
Risas Compartidas
Tus risas son como luz en mi alma, melodías que Dios compuso para alegrar mi corazón. En cada carcajada tuya encuentro paz, alegría y amor verdadero.
Apoyo Incondicional
Cuando el mundo se vuelve incierto, tu presencia me sostiene como un milagro. Eres el abrazo que Dios me dio para no rendirme, mi fuerza en los días grises.
Futuro Brillante
Confío en que nuestro futuro será guiado por la mano de Dios, tan luminoso como el amor que nos une. Juntos, con fe y ternura, construiremos algo eterno.